En la reconstrucción de Bioalquería queríamos aspirar a ser una Passivhaus, pero obtener esta certificación, implicaba trabajar con técnicos especializados que evaluarían y verificarían que nuestra casita cumpla con estos estrictos estándares. Así que decidimos cumplir los estándares de esta norma por nuestra cuenta.
Obviamente, la casa necesitaba el adecuado aislamiento para darle el confort exigido, y optamos por el aislamiento de celulosa. Esta es, como veremos, una opción destacada si aspiramos a realizar construcciones sostenibles debido a su origen natural, eficiencia energética y bajo impacto ambiental. La analizamos también como en los BTC o el mortero de cal.
La celulosa para aislamiento se fabrica principalmente a partir de papel reciclado, lo que ayuda a reducir los residuos sólidos urbanos. Este proceso de reciclaje contribuye significativamente a la conservación de recursos naturales y a la reducción de desechos en vertederos y en el proceso de fabricación se utiliza menos energía en comparación con materiales aislantes sintéticos como la fibra de vidrio o el poliestireno, lo que resulta en una menor huella de carbono.
Este material tiene un excelente coeficiente de aislamiento térmico (0,039 W/mK), lo que la hace muy eficiente para mejorar la eficiencia energética de Bioalquería. Proporciona una barrera eficaz contra la pérdida de calor en invierno y la entrada de calor en verano, contribuyendo así a la reducción del consumo de energía. Además, debido a su capacidad para absorber y liberar humedad, la celulosa ayuda a mantener un nivel de humedad equilibrado en los interiores, lo que mejora el confort y la salud de nuestra casa.
Al utilizar papel reciclado, se disminuye la necesidad de incineración de papel, que generaría CO2, contribuyendo así a la reducción de gases de efecto invernadero. Y una vez que cumple su ciclo de vida, la celulosa es biodegradable y no deja residuos tóxicos en el medio ambiente, a diferencia de muchos otros materiales aislantes.
Aunque está compuesta principalmente de papel, la celulosa se trata con boratos no tóxicos para mejorar su resistencia al fuego, lo que hace que actúe como una barrera retardante. La densidad y composición de la celulosa también le otorgan excelentes propiedades de aislamiento acústico, reduciendo eficazmente la transmisión de sonido entre espacios.
Aunque el sello Passivhaus exige aislamiento, nuestra opción aporta mayores beneficios tanto al medio ambiente como a la propia Bioalqueria, la cual diseñamos desde el primer momento pensando en el confort de nuestros futuros huéspedes.